La digitalización en el cine dejó de ser un futurible hace ya tiempo. La irrupción de los formatos digitales ha supuesto para el cine un proceso de reconversión arduo, pero imparable, que va a suponer en su fase final el fin del 35mm y su substitución por la proyección digital, llámese 2k, 4k o como quiera que se le vaya a definir a los standares de proyección.
Que el cine comercial está en fase de transformación digital tampoco es una novedad. La irrupción del 3D y sus beneficios en taquilla solo hacen que acelerar el proceso. Está muy por ver si las tres dimensiones se pueden aplicar con igual exito al llamado cine de autor o a cualquier tipo de cine que no haga del efecto de sorpresa su razón de ser. Todavía se hace difícil imaginar el 3D en directores como Clint Eastwood, Almodovar, Wong kar-wai, Ken Loach, Woody Allen,.... por citar solo algunos nombres de directores que estrenan mundialmente con bastantes números de copias. A pesar de ello, la digitalización no solo entiende de 3D sino también de 2D y los proyectores digitales podran trabajar en las dimensiones que sean.
En las conclusiones de la Conferencia internacional sobre el sector de la exhibición independiente y los retos de la digitalización organizado por el ICAA, el Ministerio de Cultura y la Comisión Europea que se realizó en marzo de este mismo año y a cuyas conclusiones ya me referí en otro post de este blog, quedan claras varias cosas al respecto de la digitalización:
1.Que el sector del cine ha aceptado la transición del 35mm al digital.
2.Que se ha de reducir al máximo el periodo de transición para evitar gastos en la existencia de dos procesos al unísono.
3.Que existen “pantallas de riesgo” (del 15 al 20%) que se pueden ver afectadas quedando fuera de los procesos de financiación pública y/o privada.
4.Que ha de existir una intervención pública (europea, nacional, regional y local) para establecer un entorno equitativo para todos (a level playing field)
Perdonadme el atajo. Esto ya está aquí. No hay quien lo pare y los cineclubs debemos estar atentos para minimizar al máximo el llegar a ser una de las “pantallas de riesgo”.
PREOCUPACIÓN CONTENIDA
Hace tiempo que me preocupa este tema y como puede afectar a nuestras pantallas cineclubistas en Cataluña. Resumiendo, estos son los puntos que me inquietan.
1.¿Cómo van a acceder los cineclubs a las ayudas necesarias para digitalizar sus salas? La inversión va a ser necesaria y es conveniente ir pensando desde ya. La aportación local será imprescindible. En cuanto a la financiación a través de la Generalitat de Catalunya, la nueva ley del cine de Catalunya menciona en la sección cuarta, artículo 38, punto d): El soporte a los procesos de adaptación tecnológica teniendo en cuenta que será necesaria la intervención pública. Está por ver como el sector No Comercial podrá optar a las ayudas o si únicamente el parque de salas comerciales llegará a obtenerlas.
2.¿Que va a significar la desaparición del 35mm en cuanto a pérdida de calidad cinematográfica y de acceso a copias? Por partes.
Uno. Me preocupa que cuando las copias en 35mm no existan y los cineclubs ya no puedan programar en 35 los últimos estrenos interesantes, se vean obligados a programar en soportes digitales domésticos (DVD o Blu-ray). Si los cineclubs no disponen de proyectores digitales basados en los standares que la Unión Europea finalmente decida, puede darse el caso de que se decida por proyectar en DVD con proyectores de bajas prestaciones. Eso va a significar una pérdida en la calidad de la proyección y un agravio comparativo para un público que está acostumbrado a la calidad profesional del 35mm. La pérdida de calidad en la proyección puede ser un hecho fatal que los cineclubs deben solucionar con la adquisición de proyectores digitales con las suficientes prestaciones como para garantizar la equivalencia con la proyección en las salas comerciales2. Habrá que ver si el acceso a la proyección de calidad irá de la mano de integrarse en los sistemas que se estandarizen en las salas comerciales o de si existiran alternativas en otros proyectores. Quizá sea más preocupante el punto dos.
Dos. Me preocupa que los cineclubs en cuanto adopten el digital, alarguen el tiempo con el que acceden actualmente a las copias en 35mm, que normalmente es el tiempo que dura la película en la sala comercial y que puede variar segun el éxito del film. De dos a cuatro meses aproximadamente. Sin embargo el acceso a la copia en 35mm llega siempre antes de que el film sea editado en DVD, con lo que el público de cineclub accede al film antes de poder disponerlo para el consumo doméstico. ¿Cómo afectará a los cineclubs que decidan programar en DVD o Blu-ray si se han de esperar a que se editen y si el público ya puede acceder a las copias a través de los videoclubs? Es por ello que la rapidez en la disponibilidad de las copias es un tema del que no podemos huir ya que el público valora poder ver la película en las salas del cineclub lo antes posible.
3.¿Cómo evolucionaran los derechos de exhibición de las distribuidoras en los nuevos formatos digitales? La tendencia desde hace unos años es el progresivo aumento del precio de los derechos de exhibición pública que cobran las distribuidoras para proyectar los films de sus catálogos en DVD. El progresivo aumento de proyecciones en este formato hace ver a las distribuidoras la existencia de un mercado, el de la exhibición no comercial, que puede ser un complemento a su negocio. Los precios entre la proyección en 35mm y el DVD se estan acercando cada vez más y el horizonte parece anunciar equivalencias en los precios, lo que no resulta para nada justo, cuando la calidad de proyección no es la misma ni los gastos de repaso de las copias, almacén, transporte, son comparables entre los dos formatos. Eso puede afectar a aquellos cineclubs que actualmente ya programan en DVD y que por lo tanto no estan tan preocupados por acceder lo antes posible a las copias. Habrá que estar atentos a la evolución del mercado de los derechos de exhibición pública cuando la digitalización esté totalmente instalada e intentar mantener esa diferencia de precios entre la programación del film segun sea antes o después de la edición comercial del DVD. Que la diferencia sea la del acceso previo a esa salida al mercado doméstico y no se asimilen precios con la excusa de que todo sea digital.
Está claro que iremos viendo como las piezas se van ajustando. No por ello hemos de quedar inactivos sino estar atentos a las acciones que, conjuntamente, podamos llevar a cabo. Se plantea como un tema para nuestra próxima 6a jornada del cineclubisme català.
LA DIGITALIZACIÓN, TAMBIÉN EN EL HORIZONTE DEL CINECLUBISMO INTERNACIONAL.
En los años 80, y como recuerda el dirigente cineclubista cubano Mario Piedra en su artículo “Los cine clubes de América Latina: un capítulo olvidado”, la discusión Europa vs América Latina se situaba en torno a la confrontación 35mm contra VHS. Mientras que Europa defendía el celuloide, América Latina optaba por el soporte videográfico. La apuesta por el vídeo formaba parte de la lucha por el acceso a los films. Mientras que Europa tenía, y tiene, una mayor facilidad para el acceso a los films producidos en todo el mundo, en América Latina la dificultad del acceso a los films era (y sigue siendo) el principal caballo de batalla. Europa defendía la calidad del 35mm ante el vídeo sin comprender que poder visionar los films, aunque fuera en VHS, era mucho más importante que la preocupación por un purismo entendible en Europa pero no en otros lares. El eurocentrismo de la FICC, que Mario Piedra expone en su artículo, marcó las discusiones en ese momento de la Federación internacional de cineclubs (FICC).
Hace unos días comentaba mis preocupaciones sobre el camino hacia la digitalización con la compañera colombiana Yenny Alexandra Chaverra y la discusión nos llevaba a comprender que la situación de los 80 no era tan diferente a la que existe hoy en día entre el cineclubismo europeo y el de América Latina. Mientras que en Europa seguimos teniendo un buen acceso a los films a través de las distribuidoras comerciales, en América Latina, la falta de una distribución generalizada para el tipo de cine que exhiben los cineclubs, hace que el DVD sea el formato utilizado en muchos países. Y la proyección con copias en 35mm son casos muy poco significativos. Yenny me decía “primero hay que ver las películas”, luego ya nos preocuparemos en que formato las vemos. Uno de los lemas del cineclubismo brasileño es “"Os filmes são feitos para serem vistos"”.
Y sin embargo, a pesar de las posibles polémicas, este proceso de digitalización de las pantallas cineclubistas ha de constar en las agendas de las próximas reuniones internacionales de la FICC, especialmente en el marco de la Tercera conferencia mundial que coincidirá con la celebración de la Asamblea General de la FICC y donde se producirá un cambio en la presidencia y en el comité ejecutivo. El proceso de digitalización tendría que ser uno de los puntos que deberan ser tratados en el futuro. Conocer las diferentes experiencias nacionales sin caer en los purismos de los años ochenta y respetando las diversidades continentales podrá ser el camino para confrontarnos a los dilemas que el digital nos propone.
1.- Esta entrada es fruto de unas notas en la preparación de la tercera conferencia mundial de cineclubs. La redacto en español dado que será la lengua que utilizaré en ese marco.
2.-En este sentido tenemos ya la experiencia del cineclub Vic y del cineclub dels amics del cinema de la Vall de Ribes que han adquirido proyectores digitales de altas prestaciones que estan consiguiendo una calidad de proyección remarcable.
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