Julio Lamaña. Creative Commons Reconocimiento- No comercial |
Con la que está cayendo, que si la Ley Sinde, que si las conversaciones entre los agentes culturales en restaurantes de Madrid, que si miedo al cambio, que si se está fomentando la cultura de lo gratis..... Vaya, que todo lo que está girando alrededor de los derechos de autor y de como se han de gestionar a través de internet se está tratando únicamente desde la perspectiva de la protección del autor. Pero, ¿le preocupa verdaderamente a alguien los derechos del público?
El debate está poniendo en la palestra únicamente a los internautas y las descargas de internet. Concentrar la discusión en este aspecto no es solo reduccionista sino que está obviando otros temas de debate como puede ser la deplorable gestión de los derechos de autor o de como fomentar de verdad que el que el público no deserte de las salas de cine. De hecho el público que descarga no es el especímen asocial que pretenden los medios y los conservacionistas, sino que es una persona que, como público, frecuenta exposiciones de arte, lee libros, escucha música y va al cine. Es este público que debe ser sujeto a políticas de acceso a la cultura que no se basen como hasta ahora en un sistema que tiende naturalmente al monopolio y al control férreo sobre la obra.
¿Y cual es el resultado de las políticas culturales en la actualidad en el ámbito del cine? Que el público se está rebelando, desertando de las salas y accediendo a las obras desde la descarga. Quizá incluir este aspecto en el debate posibilitaría percibir nuevas vías, nuevos debates.
El público tiene sus derechos: acceso a la obra de arte, derecho a expresarse y a emitir sus propios juicios, a formarse, a desarrollar con su acción la creación de las obras artísticas, el derecho a organizarse de forma autónoma, a participar en el nombramiento de los responsables de la gestión cultural pública, derecho a no ser utilizados sin su consentimiento para fines políticos o de interés comercial, a ser informados de forma plural y correcta (por ello estan en contra de cualquier censura o manipulación). ¿Hay alguién del ministerio de cultura de España, de algun gobierno autonómico, de algun gobierno estatal en algún país del mundo que se preocupe realmente por los derechos del público? Algunas tímidas iniciativas parecen no ser suficientes para encauzar un debate que se ocupa demasiado de la propiedad y poco de la accesibilidad a la obra y a la cultura en general.
El libre acceso a la cultura está presente en la mayoría de los textos constitucionales. Pero es como el derecho al trabajo y a la vivienda, bonitas palabras. El mercado regula nuestros derechos. Y el mercado está estudiado por la economía, que intenta explicar los mecanismos de gestión y de comercialización de, principalmemente, bienes escasos. Pero resulta que el conocimiento no lo es en absoluto, bien al contrario. Es hiperabundante. ¿Porque estamos aceptando que se gestione el conocimiento siguiendo la lógica del mercado? El libre acceso a la cultura en el caso del cine está siendo vulnerado desde diferentes frentes, especialmente desde la distribución que intenta mantener el control de la copia a toda costa solicitando por ella precios demasiadas veces abusivos y prohibitivos que impiden a muchas entidades la proyección de estos títulos. Por no hablar del miedo a estrenar películas que nunca llegaran a nuestras pantallas. No tenemos garantizado el acceso a la cultura.
Hay iniciativas que intentan crear nuevos paradigmas de distribución como por ejemplo las licencias Creative Commons. Que no hay que ver como antagónicas al Copyright sino que simplemente dan la libertad al autor para restringir en mayor o menos medida el acceso a su obra. Creative Commons tampoco es necesariamente "todo gratis" (uno de los principales argumentos conservacionistas) ya que se está demostrando que se pueden generar ingresos desde los valores añadidos: publicidad, gestión,... y que repercuten directamente en los autores manteniendo para ellos el control absoluto sobre su obra. Cosa que no está sucediendo en la actualidad con modelos de distribución basados en el copyright. Personalmente colaboro con un ejemplo de "distribución justa" basado en creative Commons que se llama "Cinesud. Difusión de films".
Por lo tanto no hay que ser tan ingenuo para definir a aquellos que queremos cambios en la gestión de los derechos de autor y la aplicaciión de los derechos del público como aquellos del "todo gratis". Nada menos cierto. El público consciente es el principal valedor del autor. Generar consciencia en el público és la manera para que el autor se vea retribuido doblemente: moral y económicamente. Reconocido por su obra y retribuido por ella. En ese punto el público organizado a través de cineclubs y asociaciones puede jugar un rol fundamental y que de hecho ya está jugando actualmente al facilitar el acceso a la cultura cinematográfica allá donde el mercado abandonó al público. Su acción trabaja con los autores en el doble sentido que mencionaba antes, moral y económico (pagando religiosamente por los derechos de exhibición que solicitan las distribuidoras).
Para acabar, solo denunciar lo poco que se está debatiendo entre la Intelligentsia de este país y a propósito de la "Ley Sinde" sobre el modelo de las sociedades generales de gestión de derechos de autor. Auténticos garantes de los monopolios. Los suyos (primero) y los de los grandes intereses comerciales, teniendo una clara culpa de la deserción del público y del descontento de los autores. Como mares de tinta electrónica se han escrito sobre el tema, me limito a dejaros el link de EXGAE, ahora La-Ex que podrá decirlo más alto, pero no más claro.
y hablando de los derechos del público os dejo unos vídeos en los que el público dice lo que piensa.
Somos el público!
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