dilluns, 22 de febrer del 2016

NACIMIENTO DE LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE CINECLUBS

Este artículo lo escribí para el número 1 de los "Cuadernos de los cineclubs"  (2010)

 63 años después del nacimiento de la FICC parece oportuno detenerse a registrar un momento clave para el movimiento cineclubista internacional. El contexto político y social de recuperación de la libertad tras un periodo de guerra promovió el resurgimiento de los cineclubs en todo el mundo. En este marco histórico excepcional y con la necesidad de que no se repitiera un nuevo conflicto bélico provocó que desde diferentes ámbitos se clamara por la creación de supra-entidades internacionales que permitieran un futuro de progreso y de bienestar para los habitantes del planeta. En 1945 se firma la Carta de las Naciones Unidas firmada por 50 países en San Francisco. En noviembre de 1946 se celebra en París la Primera Conferencia Mundial de la UNESCO para “establecer la solidaridad intelectual y moral de la humanidad y así impedir una nueva guerra mundial”. Winston Churchill realiza un discurso en 1946 en Zurich proclamando la necesidad de unos Estados Unidos de Europa como manera de impedir nuevos conflictos bélicos. Hemos de entender el nacimiento de la FICC como inmerso en ese proceso histórico de creación de instituciones internacionales. El cine y la forma de abordarlo por parte del público organizado era también una manera de evitar las guerras1.

Surgimiento del movimiento internacional cineclubista después de la Segunda Guerra Mundial
Después del conflicto bélico mundial, la reconstrucción europea y mundial trae consigo el resurgimiento de los movimientos asociativos cineclubistas. No hay que olvidar, en los antecedentes al nacimiento de la FICC la situación de división en dos bloques por la que se está deslizando en aquellos años la geopolítica mundial. En este sentido es interesante valorar el análisis que desde este punto de vista realiza Paulo Jorge Granja del contexto socio-político que antecede el nacimiento de la FICC2.
Granja explica que en el marco general de la configuración de los dos bloques, los EEUU y la URSS, aparecen posicionamientos radicales que tienen al cine como elemento ideológico indiscutible. Desde los partidos comunistas europeos3 aparece la idea de que en las políticas anti-imperialistas la lucha contra el cine de Hollywood es una necesidad. Los acuerdos Leon-Byrnes entre EEUU y Francia firmados en mayo de 1946 regulaban la ayuda económica a Francia a cambio de la supresión de cuotas y aranceles para la entrada de productos norteamericanos, entre los que se encontraban las películas de Hollywood. Georges Sadoul denunció en l'Humanité como estos acuerdos estaban acabando con el cine francés. Desde el otro lado del atlántico la MPAA (Motion Pictures Association of America) declaraba que el cine de Hollywood debía exportarse a todo el mundo para difundir el modelo de vida americano, el American way of life. Siguiendo el discurso de Paulo Jorge Granja, esta instrumentalización política del cine profundizará en la grieta entre “cine comercial” y “cine-arte”.

De lo nacional a lo internacional
En este periodo de post guerra, la actividad de las federaciones nacionales se vuelve muy intensa. La Federación francesa de cineclubs toma un gran protagonismo en esos momentos. La importancia de la federación francesa, con casi 20 años de antigüedad en 1947 iba a ser decisiva en el nacimiento de la FICC. Como una estrategia lógica por parte de las diferentes federaciones nacionales se va desarrollando la necesidad de afirmar los lazos entre cineclubs de diferentes países como por ejemplo entre “Les amis de l'Écran” franceses con los “Belcines” portugueses o los “Filmfreunde” alemanes. En este contexto de relaciones internacionales, la Federación francesa de cineclubs organiza el Primer Congreso nacional de cineclubs donde asiste una delegación internacional con participantes de Holanda, Bélgica, Italia y Portugal. Fruto del encuentro se organiza una Comisión organizadora del Primer Congreso internacional de cineclubs. La comisión estará presidida por Georges Sadoul.4
La actividad de la Federación Francesa de Cine Clubs, con Georges Sadoul al frente, es muy intensa durante los meses precedentes a la constitución de la FICC. Se esbozan unos estatutos que son puestos a consideración de la Comisión organizadora del congreso internacional y aparecen algunas tensiones en el momento de definir qué es un cineclub.5 El peso de la tradición francesa donde la presentación y el debate como la vía para formar público hacía parte del decálogo cineclubista, chocaba con la presencia en algunos países de una tendencia que privilegiaba el cine amateur como principal actividad. La tradición del cineclubismo francés se acabaría imponiendo.
Es pues y como fruto de este proceso de internacionalización del cineclubismo que se celebra del 15 al 19 de septiembre de 1947 la Asamblea Constituyente de la Federación Internacional de Cine Clubs (FICC) en Cannes (Francia). El crítico francés Georges Sadoul es elegido Secretario General. Otros críticos y realizadores conocidos, como Jean Painlevé, Antonio Pietrangeli, Béla Balász o Peter Baechlim forman parte del consejo rector6. No están presentes en la reunión pero solicitan su admisión las federaciones de Austria, Brasil, Bulgaria, Dinamarca, Hungría, Palestina, Suecia, Uruguay y Yugoslavia.
En ese sentido se realizó un homenaje explícito a los animadores de los cineclubs franceses y a la propia federación francesa. Es por este motivo que se aprobó una mención de Mr. Bell, secretario honorífico de la federación inglesa para que la sede de la FICC fuera fijada en París. Y así hasta nuestros días.

Objetivos generales del cineclubismo mundial según Georges Sadoul
El famoso crítico francés G. Sadoul publica un artículo en la revista Ciné-club de noviembre de 1947 en el que enumera los objetivos del cineclubismo mundial en esa fecha de 1947. Podemos señalar de entre ellos:

1.- Trabajar según las tradiciones nacionales para la defensa del arte cinematográfico.
2.- Mantener una actividad sin ánimo de lucro.
3.- Organizar sesiones presentando films de interés del del punto de vista artístico, histórico o de la técnica cinematográfica.

Señalar la importancia de unos objetivos que serán y son referencia para el cineclubismo mundial. El respeto a la diversidad nacional después del conflicto bélico mostraba así la importancia de las diferentes realidades abordando objetivos comunes. Desde esta diversidad aparece un eje transhistórico del cineclubismo: la defensa del cine desde el vertiente creativo y artístico por encima de cualquier otra consideración, especialmente de carácter económico. Por eso Sadoul subraya la necesidad de trabajar desde el ámbito no lucrativo. Esa adscripción habría de permitir, y permite aun hoy no confundir los objetivos del la actividad cineclubista con los intereses económicos de la industria cinematográfica.

Circulación de films, documentos, experiencias. Los intercambios como garantía de futuro en la internacionalización del movimiento
La FICC se constituyó también para posibilitar los intercambios de documentación y contribuir a una mayor circulación internacional de los films, creyendo así que se influía positivamente en el renacimiento de los films experimentales y de vanguardia que podían encontrar en estos circuitos una fórmula de exhibición de gran alcance. Sin duda, en ese primer manifiesto del cineclubismo internacional de Sadoul se recuperaba ese interés por el film de calidad, de vanguardia, que ligaba el nacimiento de la FICC con los anhelos del movimiento de cineastas independientes de finales de los años 207. Era la consecución lógica de todo un trabajo de los cineclubs durante los años 30 por la popularización de los films de calidad, que permitían no solo visionar films de difícil acceso o prohibidos sino que también permitían tener una nueva visión del mundo, de enriquecer las experiencias de la sociedad y de la vida a través del cine.
Los intercambios de experiencias cineclubistas fueron también uno de los grandes objetivos desde un primer momento. La Federación Francesa de Cine Clubs se manifestó muy activa desde los primeros momentos y conjuntamente con UFOLEIS (Fédération de ciné-clubs de la Ligue Française de l'Enseignement et de l'Education Permanente) organizaron anualmente en Marly-le-roy, cerca de París, encuentros y stages de formación para cineclubistas de todo el mundo.

La FICC y la UNESCO
La FICC se constituyó también en buena medida gracias a la influencia que ejerce en el ámbito cultural internacional la aparición en 1945 de la UNESCO. Según el acta de constitución, la UNESCO tiene expresamente estipulado recomendar aquellos acuerdos internacionales que se juzguen útiles para “facilitar la libre circulación de ideas, a través de la palabra y de la imagen”. Así, en la tercera sesión, celebrada en Beirut (Líbano) en 1948, la Conferencia General de la UNESCO adopta un primer acuerdo, “intentando facilitar la circulación internacional de material visual y auditivo de carácter educativo, científico y cultural”. Será conocido como el Acuerdo de Beirut. El convenio prevía la difusión de determinados tipos de materiales considerados por el estado exportador como portador de valores educativos, científicos o culturales.
Dos años más tarde se firma el Acuerdo de Florencia (1950) para la “importación de objetos y productos de carácter educativo, científico o cultural”. Este nuevo convenio abordaba la importación con franquicia definitiva o temporal para una más amplia categoría de objetos, entre ellos los materiales audiovisuales, que se podían beneficiar cuando fueran importados por una organización u organismos reconocidos o autorizados para este fin por las autoridades del país importador.
La FICC colaboró en la elaboración de estos convenios, los cuales pretendían mejorar la circulación de los materiales audiovisuales. Las dificultades siempre fueron las trabas que los diferentes estados ponían al régimen aduanero y nunca fue fácil el movimiento de films entre países. Aunque estos acuerdos fueron los primeros pasos para mejorar ese tránsito. Y la FICC tuvo en buena parte una gran responsabilidad en este punto.

Cineclubismo y filmotecas nacionales
De entre los temas tratados en la orden del día de aquella primera reunión del Comité Ejecutivo también estuvo las relaciones que mantenían las diferentes federaciones con las cinematecas y filmotecas nacionales. El gran problema en aquellos años de post guerra era el acceso a los films clásicos de la historia del cine. Eso limitaba mucho la capacidad de programación de los cineclubs.
En este sentido Virgilio Tosi dedica un capítulo de su libro Quando il cinema era un circolo a la relación de los cineclubs y las filmotecas.8 En septiembre de 1948 se celebraba en Copenhage el X congreso de la FIAF (Fédération Internationale des Archives du Film) en donde se discute en profundidad sobre el concepto de filmoteca como aquel organismo que se ocupa de la conservación de los films en cuanto “bien cultural”, término que entonces no estaba reconocido con unanimidad, teniendo en cuenta además que la mayoría de las filmotecas eran organismos privados. Otro de los problemas que se discutieron y que afectaba directamente a los cineclubs era cómo obtener una exención del pago de los derechos de autor y de las licencias de importación y exportación. La solución a este problema facilitaría el intercambio de films y las cesiones, reduciendo los costes.
La posibilidad de ceder films a los cineclubs también se trató en este congreso. La idea de prestar las películas al circuito de cineclubs no producía, en general, ningún entusiasmo. Preocupaba que, por ejemplo, una filial europea de una distribuidora americana pudiera considerar ilegal la proyección de un film que había sido depositado en la Film Library del Museum of Modern Art de Nueva York para su conservación, Al mismo tiempo algunas filmotecas creían que era también su tarea fomentar la difusión del cine entre circuitos culturales, lo que también les permitiría conseguir ingresos para nuevos contratipos y para adquirir nuevos films para sus colecciones. La resolución final representaba una solución de compromiso9 entre la conservación y la necesidad de la proyección en circuitos no comerciales. En las discusiones sobre este tema aparece la posibilidad de contactar con la FICC para iniciar una colaboración.
Desde la FICC se apostó desde el principio por una relación estrecha con la FIAF. Sadoul lo veía claro cuando en el artículo citado anteriormente afirmaba que “25 años de defensa de buenos films nos ha enseñado que el destino de los cineclubs y el de las cinematecas va estrechamente relacionado. Los unos hacen nacer a los otros, y viceversa”.

Conclusión
Hace 63 años se pusieron los cimientos de diversos ejes que todavía hoy son totalmente vigentes:

  1. La libre circulación de films de difícil acceso, especialmente de aquellos films experimentales que tienen en los cineclubs su perfecto aliado.
  2. Potenciar los intercambios entre federaciones de cineclubs tanto en base a compartir experiencias como materiales de todo tipo.
  3. Potenciar las relaciones entre las federaciones y los cineclubs y las filmotecas y cinematecas nacionales.
  4. Definir la actuación cineclubista como una actividad no lucrativa que permite así mantener relaciones de equidad y responsabilidad entre cineclub y público
En aquellos días de 1947 se abrían las puertas y ventanas a un movimiento cineclubista mundial. El estudio y análisis de esa historia está todavía por hacer casi en su totalidad. Los libros de historia del cine han obviado esta nuestra realidad cineclubista. Es ya momento de reivindicar esa presencia.

Julio Lamaña
juliolamana@federaciocatalanacineclubs.cat

1El punto 2 de la Carta de Tabor por los derechos del público dice textualmente: “El derecho al arte, al enriquecimiento cultural, a la capacidad de comunicación, fuente de toda mutación cultural y social, es un derecho inalienable. Es la garantía de una verdadera comprensión entre los pueblos, la única vía para evitar las guerras.” Tabor. Checoslovaquia 18/09/1987
2Paulo Jorge Granja.- VI ENCONTROS DE CINEMA – CINECLUBES, FESTIVAIS E OUTRAS CINEFILIAS, 3, 4 e 5 de Novembro de 2003. (coord. Doutor António Pedro Pita, Lic.º Paulo Jorge Granja e Lic.º Paulo Cunha), numa co-organização do Centro de Estudos Interdisciplinares do Século XX da Universidade de Coimbra – CEIS20, e da Sala de Estudos Cinematográficos da Faculdade de Letras da Universidade de Coimbra.
3El 22 de septiembre de 1947, pocos días después del nacimiento de la FICC se reúnen en Slarska-Poreba (Polonia) los partidos comunistas europeos. Dentro de las políticas anti-imperialistas que allí se discuten, la denuncia al cine de Hollywood aparece como una línea a seguir. Paulo Jorge Granja, Op. Cit.
4Paulo Jorge Granja, Op. Cit.
5“Se considera como cineclub no comercial toda asociación sin fines de lucro teniendo por única finalidad el desarrollo de la cultura, de la historia y del arte cinematográfico, la extensión del cine para la formación de nuevos espectadores, la defensa de los intereses artísticos y culturales en el cine y el intercambio cultural con otros países.” Paulo Jorge Granja, Op. Cit.
6La composición del primer Comité Ejecutivo de la FICC fue la siguiente: Presidente de honor: Jean Painlevé (Francia); Presidente: Oliver Bell (Reino Unido); primer vice-presidente: Korngold (Polonia); segundo vice-presidente: A. Pietrangeli (Italia); Secretario general: Georges Sadoul (Francia); Tesorero: Peter Baechlin (Suiza). Miembros del comité: Bosman (Bélgica); Hoekstra (Holanda). Miembros suplentes: Béla Balász (Hungría); Lapzeson (Argentina); Comisario de cuentas: Azevedo (Portugal); F. Elia (Egipto); Comisario suplente: Toner (Irlanda); Secretario Ejecutivo: Bardonnet y Souef.
7En el castillo de La Sarraz (Suiza) se lleva acabo el primer Congreso internacional de cine independiente en la que cineastas y cineclubistas se dan cita para tratar de los problemas y soluciones del cine de vanguardia. Los cineclubs aparecen en las actas del congreso como el lugar “natural” para este tipo de cine independiente. Para un monográfico sobre el encuentro ver la revista "Archives", publicación de l'Institut Jean Vigo, Perpignan. Nº 84, abril 2000. Un año después tendría lugar el segundo congreso en Bruselas del 3 al 7 de diciembre en el que participan algunas personas que no habían asistido a La Sarraz como Jean Vigo (que animaba el cineclub “Les amis du cinéma” de Niza o el documentalista Joris Ivens.
8Virgilio Tosi. Quando il cinema era un circolo. Fondazione Scuola nazionale di cinema. Roma 1999
9“La FIAF, consciente de su responsabilidad hacia los productores de todo el mundo que han depositado en las filmotecas sus propios films para ser conservados y proyectados de forma no comercial, no pueden dejar a otros organismos el control de las proyecciones”. Virgilio Tosi. Op. cit.

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