63
años después del nacimiento de la FICC parece oportuno detenerse a
registrar un momento clave para el movimiento cineclubista
internacional. El contexto político y social de recuperación de la
libertad tras un periodo de guerra promovió el resurgimiento de los
cineclubs en todo el mundo.
En este marco histórico excepcional y con la necesidad de que no se
repitiera un nuevo conflicto bélico provocó que desde diferentes
ámbitos se clamara por la creación de supra-entidades
internacionales que permitieran un futuro de progreso y de bienestar
para los habitantes del planeta. En 1945 se firma la Carta de las
Naciones Unidas firmada por 50 países en San Francisco. En noviembre
de 1946 se celebra en París la Primera Conferencia Mundial de la
UNESCO para “establecer la solidaridad intelectual y moral de la
humanidad y así impedir una nueva guerra mundial”. Winston
Churchill realiza un discurso en 1946 en Zurich proclamando la
necesidad de unos Estados Unidos de Europa como manera de impedir
nuevos conflictos bélicos. Hemos
de entender el nacimiento de la FICC como inmerso en ese proceso
histórico de creación de instituciones internacionales. El cine y
la forma de abordarlo por parte del público organizado era también
una manera de evitar las guerras1.
Surgimiento
del movimiento internacional cineclubista después de la Segunda
Guerra Mundial
Después
del conflicto bélico mundial, la reconstrucción europea y mundial
trae consigo el resurgimiento de los movimientos asociativos
cineclubistas. No hay que olvidar, en los antecedentes al nacimiento
de la FICC la situación de división en dos bloques por la que se
está deslizando en aquellos años la geopolítica mundial. En este
sentido es interesante valorar el análisis que desde este punto de
vista realiza Paulo Jorge Granja del contexto socio-político que
antecede el nacimiento de la FICC2.
Granja
explica que en el marco general de la configuración de los dos
bloques, los EEUU y la URSS, aparecen posicionamientos radicales que
tienen al cine como elemento ideológico indiscutible. Desde los
partidos comunistas europeos3
aparece la idea de que en las políticas anti-imperialistas la lucha
contra el cine de Hollywood es una necesidad. Los acuerdos
Leon-Byrnes entre EEUU y Francia firmados en mayo de 1946 regulaban
la ayuda económica a Francia a cambio de la supresión de cuotas y
aranceles para la entrada de productos norteamericanos, entre los que
se encontraban las películas de Hollywood. Georges Sadoul denunció
en l'Humanité como
estos acuerdos estaban acabando con el cine francés. Desde el otro
lado del atlántico la MPAA (Motion Pictures Association of America)
declaraba que el cine de Hollywood debía exportarse a todo el mundo
para difundir el modelo de vida americano, el American
way of life.
Siguiendo el discurso de Paulo Jorge Granja, esta instrumentalización
política del cine profundizará en la grieta entre “cine
comercial” y “cine-arte”.
De lo nacional a lo internacional
En
este periodo de post guerra, la actividad de las federaciones
nacionales se vuelve muy intensa. La Federación francesa de
cineclubs toma un gran protagonismo en esos momentos. La importancia
de la federación francesa, con casi 20 años de antigüedad en 1947
iba a ser decisiva en el nacimiento de la FICC. Como una estrategia
lógica por parte de las diferentes federaciones nacionales se va
desarrollando la necesidad de afirmar los lazos entre cineclubs de
diferentes países como por ejemplo entre “Les amis de l'Écran”
franceses con los “Belcines” portugueses o los “Filmfreunde”
alemanes. En este contexto de relaciones internacionales, la
Federación francesa de cineclubs organiza el Primer Congreso
nacional de cineclubs donde asiste una delegación internacional con
participantes de Holanda, Bélgica, Italia y Portugal. Fruto del
encuentro se organiza una Comisión organizadora del Primer Congreso
internacional de cineclubs. La comisión estará presidida por
Georges Sadoul.4
La
actividad de la Federación Francesa de Cine Clubs, con Georges
Sadoul al frente, es muy intensa durante los meses precedentes a la
constitución de la FICC. Se esbozan unos estatutos que son puestos a
consideración de la Comisión organizadora del congreso
internacional y aparecen algunas tensiones en el momento de definir
qué es un cineclub.5
El peso de la tradición francesa donde la presentación y el debate
como la vía para formar público hacía parte del decálogo
cineclubista, chocaba con la presencia en algunos países de una
tendencia que privilegiaba el cine amateur
como
principal actividad. La tradición del cineclubismo francés se
acabaría imponiendo.
Es
pues y como fruto de este proceso de internacionalización del
cineclubismo que se celebra del 15 al 19 de septiembre de 1947 la
Asamblea Constituyente de la Federación Internacional de Cine Clubs
(FICC) en Cannes (Francia). El crítico francés Georges Sadoul es
elegido Secretario General. Otros críticos y realizadores conocidos,
como Jean Painlevé, Antonio Pietrangeli, Béla Balász o Peter
Baechlim forman parte del consejo rector6.
No están presentes en la reunión pero solicitan su admisión las
federaciones de Austria, Brasil, Bulgaria, Dinamarca, Hungría,
Palestina, Suecia, Uruguay y Yugoslavia.
En ese sentido se realizó un homenaje
explícito a los animadores de los cineclubs franceses y a la propia
federación francesa. Es por este motivo que se aprobó una mención
de Mr. Bell, secretario honorífico de la federación inglesa para
que la sede de la FICC fuera fijada en París. Y así hasta nuestros
días.
Objetivos
generales del cineclubismo mundial según Georges Sadoul
El
famoso crítico francés G. Sadoul publica un artículo en la revista
Ciné-club
de noviembre de 1947 en el que enumera los objetivos del cineclubismo
mundial en esa fecha de 1947. Podemos señalar de entre ellos:
1.-
Trabajar según las tradiciones nacionales para la defensa del arte
cinematográfico.
2.-
Mantener una actividad sin ánimo de lucro.
3.-
Organizar sesiones presentando films de interés del del punto de
vista artístico, histórico o de la técnica cinematográfica.
Señalar
la importancia de unos objetivos que serán y son referencia para el
cineclubismo mundial. El respeto a la diversidad nacional después
del conflicto bélico mostraba así la importancia de las diferentes
realidades abordando objetivos comunes. Desde esta diversidad aparece
un eje transhistórico del cineclubismo: la defensa del cine desde el
vertiente creativo y artístico por encima de cualquier otra
consideración, especialmente de carácter económico. Por eso Sadoul
subraya la necesidad de trabajar desde el ámbito no lucrativo. Esa
adscripción habría de permitir, y permite aun hoy no confundir los
objetivos del la actividad cineclubista con los intereses económicos
de la industria cinematográfica.
Circulación
de films, documentos, experiencias. Los intercambios como garantía
de futuro en la internacionalización del movimiento
La
FICC se constituyó también para posibilitar los intercambios de
documentación y contribuir a una mayor circulación internacional de
los films, creyendo así que se influía positivamente en el
renacimiento de los films experimentales y de vanguardia que podían
encontrar en estos circuitos una fórmula de exhibición de gran
alcance. Sin duda, en ese primer manifiesto del cineclubismo
internacional de Sadoul se recuperaba ese interés por el film de
calidad, de vanguardia, que ligaba el nacimiento de la FICC con los
anhelos del movimiento de cineastas independientes de finales de los
años 207.
Era la consecución lógica de todo un trabajo de los cineclubs
durante los años 30 por la popularización de los films de calidad,
que permitían no solo visionar films de difícil acceso o prohibidos
sino que también permitían tener una nueva visión del mundo, de
enriquecer las experiencias de la sociedad y de la vida a través del
cine.
Los
intercambios de experiencias cineclubistas fueron también uno de los
grandes objetivos desde un primer momento. La Federación Francesa de
Cine Clubs se manifestó muy activa desde los primeros momentos y
conjuntamente con UFOLEIS (Fédération de ciné-clubs de la Ligue
Française de l'Enseignement et de l'Education Permanente)
organizaron anualmente en Marly-le-roy, cerca de París, encuentros y
stages de
formación para cineclubistas de todo el mundo.
La
FICC y la UNESCO
La
FICC se constituyó también en buena medida gracias a la influencia
que ejerce en el ámbito cultural internacional la aparición en 1945
de la UNESCO. Según el acta de constitución, la UNESCO tiene
expresamente estipulado recomendar aquellos acuerdos internacionales
que se juzguen útiles para “facilitar la libre circulación de
ideas, a través de la palabra y de la imagen”. Así, en la tercera
sesión, celebrada en Beirut (Líbano) en 1948, la Conferencia
General de la UNESCO adopta un primer acuerdo, “intentando
facilitar la circulación internacional de material visual y auditivo
de carácter educativo, científico y cultural”. Será conocido
como el Acuerdo de Beirut. El convenio prevía la difusión de
determinados tipos de materiales considerados por el estado
exportador como portador de valores educativos, científicos o
culturales.
Dos
años más tarde se firma el Acuerdo de Florencia (1950) para la
“importación de objetos y productos de carácter educativo,
científico o cultural”. Este nuevo convenio abordaba la
importación con franquicia definitiva o temporal para una más
amplia categoría de objetos, entre ellos los materiales
audiovisuales, que se podían beneficiar cuando fueran importados por
una organización u organismos reconocidos o autorizados para este
fin por las autoridades del país importador.
La
FICC colaboró en la elaboración de estos convenios, los cuales
pretendían mejorar la circulación de los materiales audiovisuales.
Las dificultades siempre fueron las trabas que los diferentes estados
ponían al régimen aduanero y nunca fue fácil el movimiento de
films entre países. Aunque estos acuerdos fueron los primeros pasos
para mejorar ese tránsito. Y la FICC tuvo en buena parte una gran
responsabilidad en este punto.
Cineclubismo y filmotecas
nacionales
De entre los temas tratados en la
orden del día de aquella primera reunión del Comité Ejecutivo
también estuvo las relaciones que mantenían las diferentes
federaciones con las cinematecas y filmotecas nacionales. El gran
problema en aquellos años de post guerra era el acceso a los films
clásicos de la historia del cine. Eso limitaba mucho la capacidad de
programación de los cineclubs.
En
este sentido Virgilio Tosi dedica un capítulo de su libro Quando
il cinema era un circolo
a la relación de los cineclubs y las filmotecas.8
En septiembre de 1948 se celebraba en Copenhage el X congreso de la
FIAF (Fédération Internationale des Archives du Film) en donde se
discute en profundidad sobre el concepto de filmoteca como aquel
organismo que se ocupa de la conservación de los films en cuanto
“bien cultural”, término que entonces no estaba reconocido con
unanimidad, teniendo en cuenta además que la mayoría de las
filmotecas eran organismos privados. Otro de los problemas que se
discutieron y que afectaba directamente a los cineclubs era cómo
obtener una exención
del pago de los derechos de autor y de las licencias de importación
y exportación. La solución a este problema facilitaría el
intercambio de films y las cesiones, reduciendo los costes.
La
posibilidad de ceder films a los cineclubs también se trató en este
congreso. La idea de prestar las películas al circuito de cineclubs
no producía, en general, ningún entusiasmo. Preocupaba que, por
ejemplo, una filial europea de una distribuidora americana pudiera
considerar ilegal la proyección de un film que había sido
depositado en la Film Library del Museum of Modern Art de Nueva York
para su conservación, Al mismo tiempo algunas filmotecas creían que
era también su tarea fomentar la difusión del cine entre circuitos
culturales, lo que también les permitiría conseguir ingresos para
nuevos contratipos y para adquirir nuevos films para sus colecciones.
La resolución final representaba una solución de compromiso9
entre la conservación y la necesidad de la proyección en circuitos
no comerciales. En las discusiones sobre este tema aparece la
posibilidad de contactar con la FICC para iniciar una colaboración.
Desde la FICC se apostó desde el
principio por una relación estrecha con la FIAF. Sadoul lo veía
claro cuando en el artículo citado anteriormente afirmaba que “25
años de defensa de buenos films nos ha enseñado que el destino de
los cineclubs y el de las cinematecas va estrechamente relacionado.
Los unos hacen nacer a los otros, y viceversa”.
Conclusión
Hace 63 años se pusieron los
cimientos de diversos ejes que todavía hoy son totalmente vigentes:
- La libre circulación de films de difícil acceso, especialmente de aquellos films experimentales que tienen en los cineclubs su perfecto aliado.
- Potenciar los intercambios entre federaciones de cineclubs tanto en base a compartir experiencias como materiales de todo tipo.
- Potenciar las relaciones entre las federaciones y los cineclubs y las filmotecas y cinematecas nacionales.
- Definir la actuación cineclubista como una actividad no lucrativa que permite así mantener relaciones de equidad y responsabilidad entre cineclub y público
En aquellos días de 1947 se abrían
las puertas y ventanas a un movimiento cineclubista mundial. El
estudio y análisis de esa historia está todavía por hacer casi en
su totalidad. Los libros de historia del cine han obviado esta
nuestra realidad cineclubista. Es ya momento de reivindicar esa
presencia.
Julio Lamaña
juliolamana@federaciocatalanacineclubs.cat
1El
punto 2 de la Carta de Tabor por los derechos del público dice
textualmente: “El derecho al arte, al enriquecimiento cultural, a
la capacidad de comunicación, fuente de toda mutación cultural y
social, es un derecho inalienable. Es la garantía de una verdadera
comprensión entre los pueblos, la única vía para evitar las
guerras.” Tabor. Checoslovaquia 18/09/1987
2Paulo
Jorge Granja.- VI ENCONTROS DE CINEMA – CINECLUBES, FESTIVAIS E
OUTRAS CINEFILIAS, 3, 4 e 5 de Novembro de 2003. (coord. Doutor
António Pedro Pita, Lic.º Paulo Jorge Granja e Lic.º Paulo
Cunha), numa co-organização do Centro de Estudos
Interdisciplinares do Século XX da Universidade de Coimbra –
CEIS20, e da Sala de Estudos Cinematográficos da Faculdade de
Letras da Universidade de Coimbra.
3El
22 de septiembre de 1947, pocos días después del nacimiento de la
FICC se reúnen en Slarska-Poreba (Polonia) los partidos comunistas
europeos. Dentro de las políticas anti-imperialistas que allí se
discuten, la denuncia al cine de Hollywood aparece como una línea a
seguir. Paulo Jorge Granja, Op. Cit.
4Paulo
Jorge Granja, Op. Cit.
5“Se
considera como cineclub no comercial toda asociación sin fines de
lucro teniendo por única finalidad el desarrollo de la cultura, de
la historia y del arte cinematográfico, la extensión del cine para
la formación de nuevos espectadores, la defensa de los intereses
artísticos y culturales en el cine y el intercambio cultural con
otros países.” Paulo Jorge Granja, Op. Cit.
6La
composición del primer Comité Ejecutivo de la FICC fue la
siguiente: Presidente de honor: Jean Painlevé (Francia);
Presidente: Oliver Bell (Reino Unido); primer vice-presidente:
Korngold (Polonia); segundo vice-presidente: A. Pietrangeli
(Italia); Secretario general: Georges Sadoul (Francia); Tesorero:
Peter Baechlin (Suiza). Miembros del comité: Bosman (Bélgica);
Hoekstra (Holanda). Miembros suplentes: Béla Balász (Hungría);
Lapzeson (Argentina); Comisario de cuentas: Azevedo (Portugal); F.
Elia (Egipto); Comisario suplente: Toner (Irlanda); Secretario
Ejecutivo: Bardonnet y Souef.
7En
el castillo de La Sarraz (Suiza) se lleva acabo el primer Congreso
internacional de cine independiente en la que cineastas y
cineclubistas se dan cita para tratar de los problemas y soluciones
del cine de vanguardia. Los cineclubs aparecen en las actas del
congreso como el lugar “natural” para este tipo de cine
independiente. Para un monográfico sobre el encuentro ver la
revista "Archives", publicación de l'Institut Jean Vigo,
Perpignan. Nº 84, abril 2000. Un año después tendría lugar el
segundo congreso en Bruselas del 3 al 7 de diciembre en el que
participan algunas personas que no habían asistido a La Sarraz como
Jean Vigo (que animaba el cineclub “Les amis du cinéma” de Niza
o el documentalista Joris Ivens.
9“La
FIAF, consciente de su responsabilidad hacia los productores de todo
el mundo que han depositado en las filmotecas sus propios films para
ser conservados y proyectados de forma no comercial, no pueden dejar
a otros organismos el control de las proyecciones”. Virgilio Tosi.
Op. cit.
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